jueves, 9 de enero de 2014

El último suicidista (2a parte)

Esto creó una gran polémica. Los telediarios y la prensa tubo trabajo durante días comentando y analizando la noticia. Pero el lugar donde la gente recibió más impacto volvía a ser internet. Se crearon dos ramas de pensamiento diferente. La primera de ellas no apoyaba a Ana de ninguna manera. La tacharon de cobarde e inestable, algunos dijeron que tenía un fuerte grado de bipolarismo o depresión, otros dijeron que había sido una chiquillada de adolescente llevada al extremo, todos los chicos y chicas sufren rebeldías que los hacen reflexionar o delirar.
Una segunda corriente apoyó la idea y los razonamientos de Ana. Muchos adolescentes siguieron sus pasos y hubo un inmenso descontrol de suicidios. La web principal audiovisual de internet tuvo que cerrar temporalmente por la presión mediática, pero rápidamente esos vídeos se hospedaron en otros portales. Durante las siguientes semanas grandes cantidades de jóvenes se unían al proyecto “Ana desatada” y anunciaban sus suicidios antes de llevarlos a cabo. Finalmente todo esto acabó de una manera totalmente inesperada. Ana volvió y lo hizo a lo grande. Una página web llena de vídeos totalmente en negro pero con la voz de Ana fue un oasis en internet. En los vídeos Ana explicaba que ella no quería todo eso. Decía que se sentía triste porque, todos aquellos que habían “seguido sus pasos” no entendían la esencia de su acto y para explicarse mejor creó una nueva filosofía, el suicidismo.
Según los vídeos, Ana quería arreglar su mala explicación antes de marcharse. El suicidismo no significaba un suicidio repentino. Suicidista era aquél que durante mucho tiempo había tenido las agallas de analizar su propia vida y descubrir qué cosas eran las que lo ataban a su realidad. El suicidista buscaba en su existencia aquello que le daba sentido a la vida y no solo eso, hacía más fuerte ese enlace para poder seguir adelante. La decisión de Ana había sido, según su nueva web, una medida reflexionada, un último aliento de voluntad por controlar algo que le pertenecía.

Muchos desmintieron y denunciaron aquella página web, pero otros siguieron aquellos mandatos. El gobierno intentó cerrar el portal virtual y eliminar cualquier rastro de ella pero hubo mucha presión por parte de los seguidores del suicidismo y por padres que veían que sus hijos le daban una oportunidad a la vida a través del razonamiento. Nunca nadie pudo descubrir quién estaba detrás de aquella página web ni su contenido. Hasta el día de la mano en el cielo.

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