Esto creó una gran polémica. Los telediarios
y la prensa tubo trabajo durante días comentando y analizando la noticia. Pero
el lugar donde la gente recibió más impacto volvía a ser internet. Se crearon
dos ramas de pensamiento diferente. La primera de ellas no apoyaba a Ana de
ninguna manera. La tacharon de cobarde e inestable, algunos dijeron que tenía
un fuerte grado de bipolarismo o depresión, otros dijeron que había sido una
chiquillada de adolescente llevada al extremo, todos los chicos y chicas sufren
rebeldías que los hacen reflexionar o delirar.
Una segunda corriente apoyó la idea y los
razonamientos de Ana. Muchos adolescentes siguieron sus pasos y hubo un inmenso
descontrol de suicidios. La web principal audiovisual de internet tuvo que
cerrar temporalmente por la presión mediática, pero rápidamente esos vídeos se
hospedaron en otros portales. Durante las siguientes semanas grandes cantidades
de jóvenes se unían al proyecto “Ana desatada” y anunciaban sus suicidios antes
de llevarlos a cabo. Finalmente todo esto acabó de una manera totalmente
inesperada. Ana volvió y lo hizo a lo grande. Una página web llena de vídeos
totalmente en negro pero con la voz de Ana fue un oasis en internet. En los
vídeos Ana explicaba que ella no quería todo eso. Decía que se sentía triste
porque, todos aquellos que habían “seguido sus pasos” no entendían la esencia
de su acto y para explicarse mejor creó una nueva filosofía, el suicidismo.
Según los vídeos, Ana quería arreglar su mala
explicación antes de marcharse. El suicidismo no significaba un suicidio
repentino. Suicidista era aquél que durante mucho tiempo había tenido las
agallas de analizar su propia vida y descubrir qué cosas eran las que lo ataban
a su realidad. El suicidista buscaba en su existencia aquello que le daba
sentido a la vida y no solo eso, hacía más fuerte ese enlace para poder seguir
adelante. La decisión de Ana había sido, según su nueva web, una medida
reflexionada, un último aliento de voluntad por controlar algo que le
pertenecía.
Muchos desmintieron y denunciaron aquella
página web, pero otros siguieron aquellos mandatos. El gobierno intentó cerrar
el portal virtual y eliminar cualquier rastro de ella pero hubo mucha presión
por parte de los seguidores del suicidismo y por padres que veían que sus hijos
le daban una oportunidad a la vida a través del razonamiento. Nunca nadie pudo
descubrir quién estaba detrás de aquella página web ni su contenido. Hasta el
día de la mano en el cielo.
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