Abrimos el informativo de hoy con una espeluznante noticia. Como
algunos habrán notado, hoy no hay dolor. El mundo entero se ha levantado esta
mañana sin notar ningún dolor. Tenemos un vídeo del presunto autor de esta
particular hazaña.
<< ¡Buenos
días mundo! ¿Alguno se ha tropezado con la mesita de noche al levantarse de la
cama? ¿Alguien se ha cortado haciendo el desayuno? ¿Qué habéis notado? ¿Nada?
¿Os ha gustado? Pues todo me lo debéis a mí. Mejor dicho, a esta máquina. Os
explicaré cómo funciona: Desde hace mucho tiempo circula una teoría entre
científicos que dice que el daño que siente la especie humana es limitado. Por
supuesto esa teoría se ha quedado en eso, en una teoría, ya que nunca se ha
podido demostrar por motivo obvios: no se puede movilizar a todo el mundo para
que se haga, por ejemplo, un corte en la mano y que no produzca dolor. Es
imposible. Pues bien, esta maquina produce todo el dolor del mundo, y cuando
digo todo es TODO, a una persona en particular. Gracias a eso, vosotros,
mortales, no notáis nada de dolor. Es divertido ¿verdad?
Pero
preguntaréis: Y este genio, este gran científico, ¿que quiere a cambio? Pues
poca cosa, la verdad: cuatro de cinco premios Nobel: el de física, el de
química, el de medicina y el de la paz. El de literatura no, no tiene sentido,
¿no? También pido una cuenta corriente a mi nombre, sin fondos. Y nada más. Os
doy, lo típico, veinticuatro horas para todo eso. Sino, volveréis a recibir el
dolor, y todo volverá a ser como antes. Pensad en la gente que pasa por grandes
enfermedades, y todo lo que sufre: yo puedo acabar con todo eso. >>
No sabemos a ciencia cierta, pero la máquina, si funciona tal
y como ha dicho, esta causando un dolor inimaginable a la persona que estaba
dentro de ella.
En estos momentos se están movilizando los grandes líderes
de todas las naciones, así como militares y científicos para deliberar sobre la
posición de este científico sin nombre.
-Click-
¡Mierda! ¡No
he dicho mi nombre! Vaya fallo. Es igual, el vídeo ha salido bien, el mensaje
que he dado ha sido claro. Quieren asustar a la gente con lo del dolor, pero a
la larga entenderán que es algo necesario… lo siento Isaac.
Está sonando
el móvil ¿Quién será?
-
¿Diga?
-
¡Abraham!
No puedo creer lo que he visto en la televisión, estás loco. Te dije que no
continuaras ese proyecto.
-
¿Para
eso me llamas? Pensaba que me ibas a felicitar. Lo he conseguido, profesor.
-
Pero ¿a
que precio? No sé como consigues dormir por las noches. Dime, ¿quien es?
Me prometí a
mi mismo que no lloraría. No voy a llorar.
-
Sabes
que nunca te lo diré, además da igual, cuando consiga lo que quiero cogeré a
cualquier pobre desgraciado tercermundista y lo utilizaré, como te dije. Lo que
te pasa es que tienes es envidia.
Le he colgado
a mi profesor. La sensación es extraña: dulce y amarga a la vez. Hicimos el
proyecto los dos juntos, es verdad, pero no tuvo las narices suficientes para
seguirlo. Que no se preocupe, que también lo tendré en cuenta, cuando me
coronen de gloria.
¿Qué es ese
ruido? No puede ser… ¿¡Un helicóptero!? ¿Cómo he podido ser tan estúpido? La
llamada era una trampa para localizarme. No pasa nada, lo tengo todo preparado
por si necesito esca… ¿?
-BOUM-
Hijos de
perra, una bomba… ¡Isaac! Uf, esta bien… pero, ¿Qué me pasa? No puedo moverme.
No veo nada, hay mucho polvo. ¡Mierda! Estoy atrapado. No siento nada. No noto
nada. No puedo mover ni brazos ni piernas, pero tampoco me los noto. ¿Esto es
lo que he regalado al mundo? ¿La falta de dolor es esto? Necesito dolor,
necesito sentir algo. Dios, no puede ser, estoy llorando. ¿Por qué? Si no tengo
dolor no debo tener sufrimiento, ¿no? ¿El dolor es lo que me hace ser? No puedo ser si no siento…
Un momento.
¿Qué hacéis? No desenchuféis eso. Por favor ¡NO!
Últimas noticias sobre el caso del científico del dolor. Las
fuerzas especiales han conseguido encontrar su lugar de escondite gracias a un
antiguo profesor suyo, detenido por estar presuntamente relacionado con el
proyecto. Abraham, el científico del dolor, murió cuando los oficiales
desconectaron la máquina, ya que unos escombros lo habían atrapado y su cuerpo
no aguantó todo el dolor. Dentro de la máquina se encontraba su hijo, Isaac, de
apenas doce años. Él era quien recibía el dolor. Ahora se encuentra en coma en
un hospital, recibiendo tratamiento.
La máquina ha sido, juntamente con los planos, totalmente
destruidos.
Muchos se han movilizado, protestando en contra de la
destrucción de esa máquina. Nosotros solo queremos dejarles con la frase que
dijo alguien una vez: Dejar que el tiempo
resuelva nuestras deudas y dolores es mejor que tratar de cortarlos
impacientemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario